Entrevista a Martín Regaño director general de Nuclenor, propietaria de Santa Maria de Garoña.

Más allá de 2013. A lo largo de este año el planteamiento de Nuclenor, propietaria de Santa María de Garoña, tal y como señala su director general es que la central esté en buenas condiciones porque es imprescindible para tener la opción abierta más allá de la fecha de cierre.

Martín Regaño, director general de Nuclenor, empresa propietaria de la central nuclear de Santa María de Garoña, al igual que los trabajadores de la planta, sigue trabajando con la vista puesta más allá de la fecha de cierre fijada por el Gobierno porque piensa que el final de Garoña no ha llegado y que está en condiciones de seguridad para operar hasta el 2019 o más allá de 2019, posibilidad que se abre con el acuerdo alcanzado esta semana entre el Gobierno y el PP para firmar un pacto nacional sobre la energía.

Se cumple un año de la orden de cierre, ¿cómo ha sido, qué pasos se ha dado para cumplirla?

Ha sido un año de bastante trabajo en el que la profesionalidad de los empleados de Nuclenor ha sido ejemplar, comprometido con la seguridad y manteniendo viva Garoña con la esperanza de que al final consigamos que se anule la orden ministerial. Este planteamiento, junto al respaldo de muchos agentes sociales, es el que nos ayuda a contrarrestar la lógica incertidumbre que tienen.
En cuanto a la orden, Nuclenor lo que está haciendo es cumplir con toda exactitud los límites y las condiciones que aparecen en ella relacionadas con la operación y, adicionalmente a esos límites, tenemos un plan de actuación que va encaminado a que la central esté siempre en las mejores condiciones, de forma que pueda seguir funcionando con todas las garantías de seguridad más allá de 2013. Nuclenor no renuncia a la continuidad de Garoña.

¿Qué se plantea en la orden para este primer año?

No hay ninguna condición o límite que tuviera efecto sobre la continuidad, se trata de cuestiones que afectan a la forma de operar y cumplimiento con todo los requisitos, además de algunas inversiones nuevas que había que empezar a acometer y que se han hecho en la parada, incluso adelantado algunos otros requisitos y compromisos cuya fecha de cumplimiento era la parada de 2011.

Nuclenor tenía un ambicioso plan de inversiones pensando en ese 2019 ¿lo han parado?

El planteamiento de Nuclenor es que la central esté siempre en buenas condiciones porque es imprescindible y necesario para seguir funcionando y tener la opción abierta más allá de 2013. Mantenemos inversiones del orden de 15 millones al año, prácticamente el mismo que el nivel que teníamos justo antes de la orden, y lo mismo sucede con el gasto de mantenimiento aproximadamente de 40 millones anuales. Y para los próximos años estamos planteando seguir con este mismo ritmo de inversiones.
Siguen trabajando para que se revoque la orden ¿no han asimilado que Garoña tiene los días contados y fecha de caducidad?
Creemos que la orden no se ajusta a Derecho y por eso hemos planteado el recurso ante la Audiencia Nacional para que nos reconozcan el derecho de operar hasta 2019 e incluso a renovar más allá de acuerdo con el dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Pero además del recurso, el plan de actuaciones es coherente con este objetivo porque mantenemos las mismas inversiones para que la planta esté en buenas condiciones e incluso hemos aumentado la plantilla en diez personas. Nos planteamos un proyecto de continuidad y seguiremos luchando para que la orden se anule o por lo menos las partes que condicionan la limitación de funcionar hasta 2019.

¿Tener una fecha de cierre ha supuesto un revulsivo para la empresa y trabajadores a la hora de acometer el día a día o extremar las medidas de seguridad?

Es cierto. En estas situaciones extremas todas las medidas y la gente se siente incluso más responsable. La última parada de recarga ha sido ejemplo de un comportamiento ejemplar.
Volviendo la vista atrás, ¿qué reflexión hace de lo ocurrido aquellos días previos a conocer la decisión de cierre de la central?
No es que nos hayamos olvidado, pero estamos con la cabeza en otra idea, ya que pensamos que en las actuales circunstancias de crisis económica caracterizada por una altísima tasa de paro es más necesario que nunca revisar la decisión del cese de la operación de Santa María de Garoña. Anulando la orden de cese, probablemente, podrían compensarse problemas que vamos a tener como consecuencia de los recortes en inversiones en infraestructuras. Nosotros nos estamos olvidando del pasado y pensamos en el presente porque las circunstancias nos obligan a todos a ser objetivos, pragmáticos y dejar a un lado los sentimientos. Creo que tenemos que aprovechar la oportunidad de seguir funcionando y operar más allá de 2013 porque esto puede equilibrar en el plan de inversiones previsto en la zona y es mejor sumar que restar. Mantener el impacto socioeconómico de Garoña en la zona es fundamental.

Las circunstancias sociales y económica del país han cambiado ¿se le pasa por la cabeza que puedan revocar la orden?

Esperamos que sí porque creemos que no se ajusta a Derecho y porque la central está en buenas condiciones. En una situación de crisis tan severa lo mejor es reconsiderar cualquier posición para que una instalación como la de Santa María de Garoña pueda seguir siendo un motor de empleo y desarrollo en Burgos. Creemos que merece la pena, que es de responsabilidad planteárselo y además las referencias internacionales favorecen esa posición. Espero que el Gobierno reconsidere su postura respecto a Garoña.
¿Esa posibilidad está más cerca tras el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el PP para no subir la luz y hablar de plan energético nacional? (ver noticia al respecto)
No conozco nada del mismo, pero me parece muy responsable que se llegue a un pacto de Estado sobre la energía. En este momento de crisis, mejorar la competitividad es uno de los elementos fundamentales si queremos resolver esta situación y un elemento importante para la competitividad de nuestra economía es la energía. Estamos tan escasos de acuerdos que cuando oyes que aquí lo van a alcanzar te sube la moral.
Y más cuando el PP dijo que para sentarse a hablar de energía, primero el Gobierno tenía que replantearse el cierre de Garoña…
Pues sí. Creo que han empezado a hablar, pero no sé si han puesto sobre la mesa el tema de la continuidad de Garoña, pero tendrán que hablar porque contar con la energía nuclear es imprescindible.

¿En qué fase están los recursos contra la orden de cierre?

Creo que se han presentado once, la mayoría está a favor de la continuidad, y estamos a la espera de que la Audiencia Nacional inicie el período de consultas o pruebas periciales. Tenemos la esperanza de que el nuestro prospere porque las razones jurídicas creo que son bastante consistentes, ya que en España no hay un límite legal para la vida operativa de las centrales nucleares y las autorizaciones se van renovando periódicamente tras pasar una exhaustiva revisión de seguridad. Los fundamentos jurídicos de nuestro recurso se basan en que estas autorizaciones de funcionamiento tienen un carácter reglado, es decir que no pueden tenerse en cuenta otras consideraciones que no sean las de seguridad nuclear y protección radiológica.

Hace unos días se prorrogaba el funcionamiento de Almaraz y Vandellós, más jóvenes que Garoña, pero según el CSN igual de seguras. ¿Garoña ha pagado el pato de una decisión política?

Con esas dos centrales Garoña tiene una cosa en común muy importante, las tres hemos recibido un dictamen favorable del CSN para operar diez años y, es más, el dictamen de Garoña reconocía el derecho a seguir solicitando una nueva renovación más allá del 2019. Si las tres hemos recibido un dictamen favorable, creemos que tenemos derecho a recibir la misma autorización. Las razones que se apuntan en la orden ministerial de Garoña podrían aplicarse a cualquier otra.
El PSOE llevaba en su programa electoral el cierre ordenado y paulatino de las centrales…
Al alcanzar su vida útil y la vida útil de Garoña, según el dictamen del CSN, es como mínimo el 2019, luego no estamos incumpliendo ningún programa.

En otros países se sigue apostando por la energía nuclear. ¿Vamos contra corriente?

Efectivamente. Hay una tendencia universal a renovar la operación de las centrales nucleares hasta los años sesenta en países como EEUU, Suiza, Suecia, Bélgica o Francia y hasta Alemania está reconsiderando su postura y probablemente apruebe la operación a largo plazo de las centrales.

Teniendo en cuenta que lo importante es que las centrales funcionen y sean seguras, y que esto lo pueda acreditar por un organismo regulador independiente, renunciar a una fuente como la energía nuclear, de generación barata y no emisora de CO2, es algo que no nos deberíamos permitir.

¿España puede ser auto suficiente en un futuro con las energías renovables o tendrá que convivir con la nuclear?

Tendremos que convivir durante muchos años por el carácter intermitente de estas fuentes de energías renovables y también por la incapacidad de almacenar cantidades importantes de energía. Estos dos factores hacen prácticamente imposible que el cien por cien de la energía pueda ser renovable. Además, en España tenemos un déficit energético muy importante y necesitamos una mezcla de distintas tecnologías, lo que se denomina ‘mix de generación’, que se equilibrado e inteligente en el sentido de que optimice las tres variables principales: medio ambiente, garantía de suministro y la competitividad, que en estos momentos de crisis es muy relevante para nuestra economía e industria. La energía nuclear y la renovable son compatibles y complementarias, y un ejemplo es Suecia, país que acaba de revocar la ley de moratoria nuclear y donde el 42% de la energía es de origen nuclear y otro 40% de energía renovable.

¿Con las ocho centrales que hay en España se puede avanzar hacia ese modelo?

En términos de cantidad de energía generada, las nucleares en España producen el 18% del total y de origen renovable, la eólica puede andar ahora por un 12%.

¿Para lograr el mix energético ideal serían suficientes las centrales nucleares operativas?

Para España un mix equilibrado e inteligente, no de forma inmediata porque en los próximos años no será necesario instalar mucha más potencia al caer la demanda, debe mantener y aumentar la potencia de las centrales que ya tenemos hasta alcanzar un 25% de energía de origen nuclear.
Estamos a un año de la próxima y última parada de recarga de combustible para llegar al 2013. ¿Hasta que momento es posible hacer reversible el plan de cierre?
No se puede hablar de una irreversibilidad total, pero lo que ocurre es que las centrales planificamos nuestras actividades de medio plazo, lo que denominamos ciclo de operación, justo al comienzo del ciclo siguiente, es decir todas las actividades que tenemos que hacer en la parada de recarga de 2013 empezamos a planificarlas y comprar equipos en 2011, lo que no quiere decir que el proceso en ese momento sea ya irreversible, pero sí comienza a serlo en el momento que tenemos que decidir la compra y fabricación de los elementos de combustible que hay que recargar en 2013. La fecha final podría ser julio de 2012, es cuando el proceso empieza a ser bastante irreversible, aunque ha habido centrales que han estado paradas muchos años y luego se han vuelto a reabrir.

¿Enresa se ha dirigido a Nuclenor para ir preparando el plan de desmantelamiento de Garoña?

No porque ese plan se inicia bastantes años después del cese de la operación. Con Enresa tenemos los contactos habituales relacionados con la gestión de los residuos de media y baja actividad, y no tengo ninguna noticia de que hayan iniciado nada.

Con la crisis actual ¿España puede asumir el coste que supone desmantelar una central?

Enresa, que es la empresa encargada de gestionar los residuos, tiene estimación de cual es el coste futuro del desmantelamiento y gestión de residuos de todas las centrales. Ellos tienen sus mejores estimaciones en base a otros desmantelamientos y experimentos de carácter internacional y lo que hacen, con esas estimaciones, es calcular la tasa que las centrales tenemos que ir pagando, poniéndolo en una bolsa, para en el futuro cubrir con esa tasa el coste de todos estos compromisos. Cada año revisan esa estimaciones y la tasa que pagamos por la gestión.

¿Cuánto puede costar desmantelar Garoña?

No tengo ni idea, ni idea.
El problema de los residuos acompañan a las nucleares ¿a qué capacidad se encuentra el almacenamiento de Garoña, tiene margen para llegar al 2019?
Tenemos capacidad hasta ese año, pero para llegar a esa fecha en el 2015 tendríamos que hacer, como ya hemos hecho otras veces, modificaciones en los bastidores de la piscina de combustible. Tenemos almacén hasta 2019.

¿Necesita este país con urgencia un almacén temporal centralizado de residuos?

Creo que el ATC no es que sea muy urgente, pero sí que es una instalación muy interesante para el país, bastante segura y pasiva con un impacto ambiental casi insignificante. Que España disponga de una instalación en la que se puedan confinar y gestionar los elementos de combustible gastados me parece que es interesante.

¿Qué opina del Plan Garoña diseñado como alternativa para la zona cuando cierre la central?

No lo conozco con mucho detalle y desconozco como puede quedar ahora después de los posibles recortes en infraestructuras. Me parece que era un plan que lo que conseguía era mantener lo que ya hay, pero difícilmente puede sustituir a una infraestructura tan importante como es la central. En cualquier caso, nosotros siempre hemos dicho que la posición que nos parece correcta, por no decir ideal, es sumar en lugar de restar, es decir, si hay un Plan Garoña que fortalece algunas de las industrias que ya están en la zona no es incompatible con mantener en funcionamiento la central.

¿Qué impacto tendría en la zona el cierre de la central?

El impacto económico que tendría en la zona y provincia es bestial. Garoña es una instalación con mil empleos directos e indirectos, con 70 millones de euros de impacto anual en la zona, y que colabora con 50 empresas de la provincia, empresas que están adquiriendo un desarrollo tecnológico importante porque la tecnología que nosotros manejamos en algunos campos permite ese desarrollo tecnológico y crea empleo de calidad. Destruir todo esto en un momento de crisis es un lujo que no nos podemos permitir.

¿Confía en que se dé marcha atrás?

Repito que ahora más que nunca tenemos que plantearnos la necesidad de revisar la posición de Garoña e intentar convencer a los agentes sociales y políticos que su continuidad es una gran oportunidad ante la crisis que tenemos.

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