Garoña seguirá contaminando durante años. Ahora con su desmantelamiento.

El BOE publica el anuncio por el que se somete a información pública el proyecto de la fase 1 de desmantelamiento de la central nuclear Santa María de Garoña, así como el Estudio de Impacto Ambiental

Desmontar Garoña generará al menos 2.000 Tn de residuos radioactivos

El Ministerio para la Transición Ecológica abrió ayer un plazo de 30 días hábiles hasta el 4 de mayo para que los ciudadanos presenten alegaciones al proyecto de la fase I de desmantelamiento de Santa María de Garoña y a su estudio de impacto ambiental. De ambos documentos se desprende que durante los tres años que durará esta primera fase -la segunda sumará otros siete- se generarán 1.945 toneladas de residuos radioactivos de media, baja y muy baja intensidad que serán trasladados al almacenamiento de El Cabril en Córdoba, el único autorizado en el país. A ellos se sumarán otras 2.892 toneladas de materiales desclasificables mecánicos, eléctricos o de climatización, además de hormigones, con un contenido radioactivo de menor entidad que hace que la normativa vigente permita gestionarlos de manera convencional.

Los residuos radioactivos que viajarán hasta Córdoba deberán realizar un trayecto de 800 kilómetros en camiones con contenedores estancos que sirven de blindaje cuando se trata de residuos radioactivos de media y baja intensidad y en camiones convencionales, cuando son de muy baja intensidad. El proyecto calcula que serán precisos 300 viajes al Cabril, lo que se traduce en 240.000 kilómetros. Pero además, los residuos de construcción y demolición de esta primera fase conllevarán otros 90 transportes, que se estima podrían ser de 100 kilómetros, si se localiza un gestor autorizado cercano, además de otros 100 viajes para sacar la chatarra. De media, se estima que se producirá un tráfico diario de treinta camiones con picos que podrían llegar a los ochenta.

Debido a estas cifras, el estudio de impacto ambiental destaca entre los impactos negativos moderados que producirá el desmantelamiento «el volumen de tráfico, tanto de trabajadores como de transportes y maquinaria en el entorno de la instalación». Junto a este efecto también se fija en los posibles impactos sobre suelos y aguas subterráneas, en el caso de que «la retirada de elementos que pueden contener sustancias contaminantes o el propio trasiego de vehículos y maquinaria de obra puedan dar lugar a la contaminación puntual del suelo».

Asimismo, esta circulación intensa «puede dar lugar a la generación de nubes de polvo que pueden afectar a la vegetación de ribera del Ebro y a las poblaciones más cercanas». Por este motivo, en Mijaralengua y Barcina del Barco, dos localidades ubicadas a 750 y 1.000 metros en línea recta de la central, se instalarán captadores de partículas en suspensión con el fin de evaluar su incidencia sobre la población y poner medidas correctoras en caso de ser necesario. Otras medidas preventivas para paliar estos efectos negativos moderados serán «la contratación de personal local para minimizar los desplazamientos», así como «limitar la velocidad a 20 kilómetros hora» o «mantener los sistemas de recogida de drenajes y depuración para el tratamiento de cualquier derrame accidental» y evitar que llegue al río Ebro o al subsuelo.

En el proyecto redactado para la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos, Enresa, se explica como se ha decidido el desmantelamiento total inmediato de la planta frente a la alternativa de un desmantelamiento diferido, que dejaría en latencia durante un periodo de 30 a 100 años los elementos radioactivos más peligrosos. Enresa se ha decantado por el desmantelamiento inmediato por ser «la preferencia internacional» y la solución «menos costosa». Pero en este modelo, «es necesario que transcurra un tiempo de enfriamiento del combustible gastado para que pueda depositarse en los contenedores».

Por este motivo, Enresa ha decidido ir realizando tareas preparatorias junto con Nuclenor y dejar para la primera fase del desmantelamiento la operación de sacar el combustible en contenedores al Almacén Temporal Individualizado (ATI) y afrontar simultáneamente otras labores, entre las que destaca la adaptación del edificio de turbinas como edificio auxiliar del desmantelamiento.

Fuente: Diario de Burgos

¿Como se desmantelará Garoña?

Ha salido a exposición pública la Fase 1 del desmantelamiento de Garoña.

Para hacernos una idea de lo que deberán soportar los habitantes de Tobalina y alrededores podemos ver algunos videos (edulcorados) sobre el desmantelamiento de otras centrales nucleares españolas.

Con los vídeos podemos entender la frase «la energia nuclear es la más barata» que la industria nos ha martillado durante años, teniendo en cuenta que los costes de desmantelamiento los pagamos con el dinero público de todos y todas. Barata, para las empresas explotadoras.

Entre los impactos negativos «compatibles» que describe el estudio de impacto ambiental se cita «la nube de calor» que se generará sobre el ATI y que «podría tener efectos microclimáticos a escala local» por el aumento de temperatura, aunque «no se espera que sea apreciable fuera del vallado del ATI».

¿Podría ser que una valla de alambre protege del calor y la radiación?

El 67% de los conejos de Palomares (Almeria) tienen radioactividad

Ecologistas en Acción recuerda al respecto que la Comisión Europea le ha requerido el examen de los conejos en reiteradas ocasiones desde 2010, la última vez en 2019, tras la inspección realizada en el verano de ese año a los avances realizados para descontaminar el suelo con plutonio en la pedanía cuevana.

Detectan radiación en 72 de 107 muestras de Palomares tras reanudar mediciones de plutonio

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha reanudado la medición de plutonio en el área de 40 hectáreas bajo vigilancia radiológica ambiental de Palomares, en Cuevas del Almanzora (Almería), con la recogida de un centenar de muestras cuyo análisis ha dado como resultado el hallazgo de emisores alfa, es decir contaminación radiactiva, en 72 de ellas.

Los análisis radioquímicos se retomaron el 1 de septiembre de 2020 tras un requerimiento de la Comisión Europea (CE) y hasta el pasado mes de noviembre, se han recogido y se han tratado 72 filtros de aire para partículas de polvo, 28 muestras de productos alimenticios, en concreto hortalizas cultivadas, y siete bioindicadores de flora y fauna.

El informe preceptivo remitido a finales de diciembre a la CE por el regulador atómico español, al que ha tenido acceso Europa Press, concluye que estos 107 análisis han dado como resultado la identificación de «72 emisores alfa», si bien precisa que solo se ha completado la medición de 25 para «determinar» la concentración de actividad de plutonio en aire, alimentos y bioindicadores.

El CSN reconoció ante los integrantes de la misión de verificación europea que visitó Palomares en junio de 2019 que el laboratorio radioanalítico del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) «no tenía capacidad» para medir el plutonio y que sólo se estaba monitoreando el americio.

Aludió a diferentes motivos, entre ellos, obras de mejora en las instalaciones, pero también a «retrasos en la adquisición de un detector gamma para sustituir a un dispositivo averiado por los recortes presupuestarios» y a la «falta de técnicos de laboratorio por retrasos» en el proceso de contratación.

Al tiempo, el regulador atómico comunicó a los verificadores europeos que su «intención» era reanudar la espectometría alfa para medir el plutonio a lo largo del año 2020.

Posteriomente, y a raíz de esta visita, la CE requirió a España para que, «lo antes posible», diera cumplimiento a esa previsión, recuperase la capacidad de medir este emisor alfa, y le informarse antes de que acabase el pasado año de los avances realizados en este sentido.

No obstante, pese a esta observación, los técnicos europeos remarcaron que el sistema de monitorización de la radiactividad en el aire, el agua, el suelo y los productos agrícolas en la zona donde cayeron las cuatro bombas termonucleares tras la colisión en el aire de dos aviones de EEUU en 1966 se ajusta al Tratado Euratom, es «adecuado» y funciona «de manera eficiente».

MUESTRAS EN CONEJOS

En su informe a Bruselas de diciembre, el CSN comunica, asimismo, que, siguiendo una recomendación de la CE que se remonta a 2010, ha previsto la «recogida y análisis anual» de muestras de carne de conejo recogidas en los entornos de la denominada zona 6, un área de 20 hectáreas que se extiende por la Sierra Almagrera, y la zona 2, donde cayó una de las dos bombas que detonó al impactar contra el suelo.

Hasta ahora, el regulador atómico había argumentado que tenía «dificultades para obtener las muestras» ante las recomendaciones realizadas desde Europa para que se ampliase el programa de vigilancia radiológica y se incluyese la carne de conejo con el objetivo de «mejorar la estimación de exposición a las radiaciones»,

La posición ha cambiado por lo que traslada que, en los últimos meses de 2020, se han obtenido muestras, «congeladas» en Palomares a la espera de su transporte a los laboratorios del Ciemat en Madrid para su procesamiento.

Detalla, asimismo, que para llevar a cabo este trabajo ha solicitado el «obligatorio permiso de caza» a la Junta de Andalucía y que se ha contactado con un cazador local «con arma y licencia» reglamentaria, que ha colaborado de forma «voluntaria y altruista».

ESPAÑA DEBERÁ INFORMAR ANTES DE FINALES DE 2021 SOBRE EL PLAN PARA LIMPIAR LA RADIACTIVIDAD

El próximo plazo a cumplir por España en relación a Palomares expira a finales de 2021 cuando deberá informar a la Comisión Europea de los «progresos» alcanzados respecto al plan de limpieza «definitivo» de las 40 hectáreas contaminadas por el que se debe «eliminar» el suelo contaminado para su «deposito de forma segura» en un almacenamiento «a largo plazo».

La CE recomendó hace una década que se llevase a cabo en Palomares el Plan de Rehabilitación y la limpieza de la tierra «para evitar cualquier inaceptable riesgo radiológico» en especial en las zonas 2,3 y 6 «teniendo en cuenta la muy larga vida media» de los «contaminantes» allí presentes.

Recogía que, dentro de las áreas contaminadas y según el informe realizado entonces, en algunos lugares se registraba «una exposición para miembros del público de más de 1 mSv por año, superior en ciertas zonas a 5 mSv por año».

La misión de verificación que visitó Palomares en junio de 2019 comunicó en su informe que no se ha descontaminado «ninguna» de las áreas afectadas y aludía a que las autoridades españolas tenían «toda actividad paralizada» respecto a esta situación a la espera de un «acuerdo vinculante» con EEUU.

España sostiene que para «la solución final» al «problema» del área bajo vigilancia radiológica es «primordial» el acuerdo con EEUU ya que «no tiene instalaciones para el almacenamiento final de los desechos radiactivos generados por la limpieza».

A raíz de esto, la comisión solicitó a las autoridades españolas que informasen sobre los avances en el plan de rehabilitación «final» de las áreas contaminadas con plutonio en Palomares antes del finales de 2021 y avisó de que, de acuerdo a lo que se informe, podría considera la «necesidad» de una nueva misión de verificación para medir el grado de cumplimiento de esta recomendación.

Palomares o cómo no creer a un régimen dictatorial

Tras veinte años de investigación, iniciada cuando trabajaba como corresponsal de Efe en Washington, Rafael Moreno publicó “La historia secreta de las bombas de Palomares: La verdad sobre el accidente nuclear silenciada durante 50 años” (Ed. Crítica) en la que reconstruye los hechos ocultados con una minuciosa recopilación de documentos obtenidos en los archivos estadounidenses y algunos españoles.

Leer Todo lo relacionado con las bombas de Almeria fue un montaje mediatico

Entre los legajos norteamericanos cuya desclasificación obtuvo el investigador, Moreno se topó con el acuerdo suscrito bajo el mandato de José María Aznar en 1997 que no fue hecho público y del que la prensa española “no escribió ni una sola línea“, aunque concuerda con la política española en este asunto que caracteriza como de “transparencia nula” .

Fuente: diario de Almeria

El ministro franquista se bañó en una playa simulando que era la de Palomares

Fuente diario de Almeria

Traficantes de sueños

La central nuclear de Trillo notifica el incendio del transformador principal, segundo suceso en doce horas

La central nuclear de Trillo (Guadalajara) ha notificado esta madrugada al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) un segundo incidente, en este caso un incendio en el transformador principal con una duración de más de diez minutos que se registraba cuando la instalación ya estaba en parada para la reparación de una válvula del sistema de refrigeración.

La hora de inicio de prealerta de este segundo suceso se sitúa en aproximadamente las 2.30 de la madrugada y la de finalización sobre las 3.45, hecho que se producía cuando la misma estaba en parada fría. En ningún momento ha habido riesgo ni para las personas ni para el medio ambiente, según han confirmado a Europa Press fuentes de la instalación.

En suceso está en estudio y pendiente de clasificación en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES).

En menos de doce horas han sido notificados dos sucesos en la central nuclear de Trillo, una planta que acumulaba ya trece años consecutivos sin paradas no programadas. Este martes, la central notificaba al CSN la parada no programada de la planta para la reparación de la válvula de cierre rápido del lazo 30 del sistema de refrigeración de componentes nucleares.

Hace dos semanas se presentó en el comité de información de la planta nuclear que en 2019 se llevaron a cabo 19 inspecciones, 17 del Plan Básico de Inspección, una de seguridad física y otra suplementaria de grado 1, sin que de ninguna de ellas derivara en apercibimientos o propuestas de sanción al titular.

Asimismo, señaló que desde el CSN no se apercibió ni se realizó ninguna propuesta de expediente sancionador al titular de la instalación y que durante la emergencia sanitaria causada por la pandemia del COVID-19 ha confirmado que los controles han continuado.

El CSN aprueba las modificaciones de los contenedores para Garoña

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha informado de manera favorable la modificación del diseño del contenedor para el combustible gastado de la central nuclear de Santa María de Garoña. Su vida de diseño es de 50 años

Respecto al informe favorable a la modificación de los contenedores de combustible gastado de Santa María de Garoña, el regulador responde así a la solicitud que planteó la empresa estatal Equipos Nucleares S.A (ENSA) para la revisión 3 del estudio de seguridad el contenedor ENUN 52B.

No sabemos nada sobre variaciones de su coste económico.

La solicitud aporta la documentación relativa a las modificaciones de diseño del contenedor que requieren autorización reguladora, de acuerdo con el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas. En concreto, el contenedor ENUN 52B es un contenedor metálico universal de doble propósito (almacenamiento y transporte) que puede albergar hasta 52 elementos.

Se trata de un vaso o cuerpo metálico rodeado de un blindaje neutrónico y está provisto de dos tapas de cierre mediante pernos y su vida de diseño es de 50 años. En su interior dispone de un bastidor en el que se introduce el combustible gastado.

Esta solicitud ha sido presentada por ENSA en paralelo a la relativa a la revisión 1 del certificado de aprobación del diseño de bulto de transporte ENUN 52, asociada a los mismos cambios de diseño del contenedor, que también ha sido informada favorablemente.

El CSN aprueba las modificaciones de los contenedores para Garoña y autoriza el traslado de polvo de uranio a Juzbado

La solicitud aporta la documentación relativa a las modificaciones de diseño del contenedor que requieren autorización reguladora, de acuerdo con el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas. En concreto, el contenedor ENUN 52B es un contenedor metálico universal de doble propósito (almacenamiento y transporte) que puede albergar hasta 52 elementos. Se trata de un vaso o cuerpo metálico rodeado de un blindaje neutrónico y está provisto de dos tapas de cierre mediante pernos y su vida de diseño es de 50 años. En su interior dispone de un bastidor en el que se introduce el combustible gastado.

Fuente: Burgosconecta.com

Endesa, Iberdrola y Naturgy afrontan un alza de costes de 900 M para el apagón nuclear

La barata energía nuclear parece que empieza a aflorar sus costes reales.

El Ministerio para la Transición Ecológica prepara una subida de la tasa a Enresa para los productores de energía nuclear de casi un 20%. Un alza que traerá aparejado un aumento de costes para los principales operadores de centrales atómicas (Endesa, Iberdrola principalmente y en menor medida, Naturgy y EDP) de cerca de 900 millones de euros hasta el final de la vida de estas plantas a partir del 1 de enero de 2020.

Este coste extra viene del borrador de real decreto ley que está tramitando el departamento dirigido por Teresa Ribera sobre la base de los años de vida que el propio Gobierno pactó con las eléctricas para el cierre de las centrales nucleares. La memoria económica del ‘Proyecto de real decreto por el que se modifica la tarifa fija unitaria relativa a la prestación patrimonial mediante la que se financia el servicio de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A., S.M.E. (Enresa) a las centrales nucleares en explotación’ señala que la tasa pasa de los 6,69 euros/MWh a 7,98 euros MWh (+20%).

Teniendo en cuenta que la producción nuclear oscila entre los 55.000MWh y los 60.000MWh al año y sabiendo que las siete centrales hoy activas se cerrarán paulatinamente entre 2027 y 2035, las empresas afrontan un coste durante los próximos 15 años de más de 5.000 millones de euros.

La cuestión no ha pasado desapercibida para los analistas de las grandes ‘utilities’ cotizadas. La pasada semana, el director financiero de Endesa, Luca Passa, respondía a preguntas de los expertos que la firma propiedad de Enel se enfrenta a un coste extra de aproximadamente 30 millones de euros al año.

Esto lleva a Endesa a enfrentarse a un pago a mayores respecto a la situación actual de alrededor de 400 millones de euros al año. Otro tanto tendrá que asumir Iberdrola y en menor medida, en torno a 100 millones, es el montante de más que deberán pagar Naturgy y EDP.

La subida que prepara el ramo de Energía del Gobierno se da en plena renovación del Plan Nacional de Residuos Radiactivos. El actual -el sexto- está vigente desde el año 2006 ya que los sucesivos Gobiernos desde entonces no han abordado este tema. Una cuestión importante dado que el Fondo de Enresa, destinado a cubrir las necesidades futuras para la gestión y el desmantelamiento nuclear, es insuficiente.

Fuente: elconfidencial

Comienzan a desmontar la cúpula de la central nuclear de Zorita

El desmantelamiento comenzó en 2010

La primera pieza de la ‘media naranja’ está retirada y el desmantelamiento de la central nuclear concluirá en 2020.

El coste total del desmantelamiento se cuantifica en unos 160 millones de euros

La empresa pública Enresa ha comenzado el desmontaje de la cúpula del edificio de contención de la central nuclear José Cabrera en Almonacid de Zorita (Guadalajara) que se contemplan en la fase final del desmantelamiento de esta instalación nuclear que concluirá a finales de 2020.

Estos trabajos han consistido en la retirada, izado y descenso de la primera pieza, a los que ha asistido la prensa acompañados del director desmantelamiento de la central, Manuel Ondaro. Para ello, se han empleado dos grúas de gran tonelaje que han permitido la ejecución segura de la maniobra desde una plataforma auxiliar.

«Lo que hoy hemos visto es el desmontaje y posicionamiento de la primera pieza de la cúpula del reactor. Esto supone un hito en el desmantelamiento y que nos llevará a la finalización de la desmantelación del mismo el próximo año», ha señalado Ondaro, quien ha indicado que la pieza retirada es de acero, de 8 metros de diámetro y 5,2 toneladas de peso, aproximadamente.

 

Se trata de la primera de las 330 piezas en las que será segmentada esta estructura, pues la cúpula tiene un peso total de 225,2 toneladas y un diámetro de 31,4 metros.

Una vez bajada al suelo, será troceada para poderla gestionar como material convencional. Este proceso de desmontaje de la cúpula tardará unos 40 días, por lo que antes de Navidad estará concluido.

Descontaminación total

Previo al desmontaje de este jueves, para el que llevan preparándose desde verano para realizarse con total seguridad, se han realizado numerosas labores dentro del desmantelamiento.

«Fundamentalmente hemos retirado los grandes componentes del circuito primario de la central nuclear, hemos descontaminado todo lo que es el edificio de contención y lo hemos desclasificado para poder demolerlo de forma convencional», ha explicado Ondaro.

Además, este es el inicio del desmontaje de la cúpula, del interior del edificio de contención y posterior demolición. Tal y como ha señalado Ondaro, el inicio de los trabajos de desmontaje final, es decir, las demoliciones, «se inician ahora y se espera que a finales del año que viene, el 31 de diciembre en 2020, puedan haber terminado con todos los trabajos de demoliciones de los principales edificios», que son el edificio de contención, almacén auxiliar, almacén de residuos número 1, el evaporador y el resto de edificios convencionales.

Recientemente también ha comenzado la demolición del edificio que albergaba el generador diésel de la central para lo que se está empleando maquinaria de gran tonelaje. Las dimensiones de este edificio, fabricado en hormigón armado, es de 11 metros de ancho por 7,5 metros de alto.

Desde que se inició el desmantelamiento, en febrero de 2010 se han generado aproximadamente 29.000 toneladas de materiales

Energia cara se mire por donde se mire.

A día de hoy, Enresa ha ejecutado ya cerca del 89 por ciento del proyecto de desmantelamiento de la central. Desde que se inició el desmantelamiento, en febrero de 2010 y hasta el 30 de septiembre de 2019, han trabajado unas 250 personas y se han generado aproximadamente 29.000 toneladas de materiales.

De esta cantidad, 7.000 corresponden a material convencional, 5.500 toneladas a residuos radiactivos de muy baja actividad, 2.300 a residuos radiactivos de baja y media actividad y 14.200 toneladas a material desclasificable.

El residuo de alta actividad se contiene en los 377 elementos combustibles de la central, es decir, 175 toneladas que gestionaron en 12 contenedores en la fases iniciales del desmantelamiento.

Fuente: ABC

 

Denuncian «nuevos retrasos» en el desmantelamiento de Garoña

El cabeza de lista al Congreso de Unidas Podemos por Álava, Juantxo López de Uralde, cree que estos nuevos plazos «están vinculados al hecho de que se pretende alargar la vida del resto de centrales nucleares»

El cabeza de lista al Congreso de Unidas Podemos por Álava, Juantxo López de Uralde, ha denunciado este viernes «nuevos retrasos» en el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) y cree que estos nuevos plazos «están vinculados al hecho de que se pretende alargar la vida del resto de centrales nucleares, poniendo así en grave peligro la seguridad de las mismas».
Tras participar en Vitoria en una mesa informativa de la formación, el candidato ha criticado que «más de 2 años después del cierre de la central nuclear de Garoña, los trabajos para su desmantelamiento ni siquiera han comenzado».
Asimismo, ha explicado que según las informaciones que a las que ha tenido acceso, «todo parece indicar» que los trabajos de desmantelamiento «no empezarán hasta 2022». «Se nos antoja demasiado tarde para desmantelar una central que es urgente quitar de en medio por el riesgo que supone para el medio ambiente y para la salud pública», ha señalado.
En este sentido, ha explicado que «el desmantelamiento de Garoña marca la agenda de cierre y desmantelamiento futuro del resto de las centrales nucleares españolas», y cree que este retraso «está vinculado al hecho de que se pretende alargar la vida del resto de centrales nucleares poniendo así en grave peligro la seguridad de las mismas».

Los ayuntamientos próximos a las nucleares intentan mantener los apoyos de la Administración que ha pagado 580 millones de subvenciones desde 1989.


Los municipios nucleares eligen nueva dirección en pleno cierre de centrales

En España hay 60 municipios situados a menos de 10 kilómetros de una central nuclear. Desde 1990, están agrupados en la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC). Los municipios, con una población de unos 40.000 habitantes, viven uno de sus momentos más delicados. El Gobierno y las eléctricas han pactado el cierre escalonado de las siete plantas nucleares en funcionamiento hasta 2035 y los ayuntamientos temen por su futuro. En ese contexto, AMAC va a abrir el 1 de septiembre el proceso de renovación de su dirección, lo que incluye el cambio en la presidencia y la vicepresidencia y la ratificación de 22 miembros de la directiva en una asamblea prevista para el 18 de septiembre en Madrid.

La renovación afectará, después de cuatro años de mandato, a la actual presidenta de AMAC, Raquel González (PP), alcaldesa del Valle de Tobalina (Burgos, zona de la central de Garoña) y a la vicepresidenta y alcaldesa de Hornachuelos (Córdoba), Maria del Pilar Hinojosa, independiente. Fuentes de la asociación destacan que no se trata de un proceso de renovación marcado por la política, sino por los intereses comunes.

El fundamental de esos intereses es gestionar de la mejor manera posible el proceso de cierre de instalaciones y, sobre todo, asegurar que el flujo de las ayudas hacia los ayuntamientos no se interrumpe de forma abrupta. Los ánimos están encendidos porque la combinación de anuncios de cierres de nucleares, proyectos que sólo existen en el papel y ausencia de un Gobierno capaz de llevar las promesas al BOE alimenta la desconfianza.

25 años de ayudas

Los municipios no lo ven claro. Quieren que el flujo de fondos que han recibido desde hace 25 años no se corte. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha pagado al centenar de ayuntamientos cercanos a las centrales nucleares (los situados en torno a 20 kilómetros) más de 580 millones de euros entre 1989 y 2018, según datos oficiales de la empresa pública. Quieren atarlos con planes alternativos de desarrollo económico rubricados por el Gobierno. Y eso es lo que está en el aire.

El Ejecutivo, ahora en funciones, ha ofrecido una vía para facilitar la llegada de renovables a los emplazamientos de las nucleares. Lo hizo en el anteproyecto de Ley de Cambio Climático. Según el documento, las grandes compañías que cierren centrales contaminantes -ya sea de carbón, de gas o nucleares- tendrán derecho a conservar los derechos de acceso a la red eléctrica para sustituirlas por energías renovables. El problema es que el anteproyecto sólo es una declaración de intenciones. El exgerente y asesor de AMAC Mariano Vila sostiene que en la relación con el Gobierno «está todo parado, hasta tal punto que reuniones previstas en julio no se han celebrado«.

La inquietud de los ayuntamientos es lógica porque muchos de ellos dependen de las ayudas que reciben de la empresa pública Enresa para mantener sus presupuestos. Todos los municipios que reciben ayudas temen acabar como el de Almonacid de Zorita (750 habitantes, a 70 kilómetros de Guadalajara), que albergó la primera central nuclear española -José Cabrera- en proceso de desmantelamiento desde 2010. Según AMAC, «ninguna administración pública, ni el Estado, ni la Comunidad Autónoma, ni la Diputación provincial se han preocupado ni implicado en el futuro de los ciudadanos de los municipios de la zona«.

La Orden Ministerial más reciente sobre las ayudas a los municipios nucleares es del 11 de marzo de 2015. Sustituyó a la más antigua de julio de 1998 y regula las asignaciones a los municipios del entorno de las instalaciones nucleares, con cargo al Fondo para la financiación de las actividades del Plan General de Residuos Radiactivos que data de 2006. la Orden recogió un somero examen de lo logrado con el dinero entregado a los ayuntamientos desde el inicio, a finales de los años 80. No es muy optimista.

Según recoge la norma «transcurridos 25 años desde el origen de este tipo de ayudas», Industria constata que los municipios «aún mantienen una marcada dependencia económica de las nucleares», debido «a la baja incidencia» que estas ayudas han tenido en su desarrollo por su «escasa» aplicación a proyectos de inversión para generar economías alternativas. El apagón nuclear no supondrá el fin inmediato de las subvenciones -cobran por aceptar los residuos en sus proximidades y los residuos seguirán ahí durante tiempo-, pero sí exigirá un examen de los conceptos y los resultados obtenidos.

Los municipios no cobran todos lo mismo, pero para todos, las ayudas que reciben cada año de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) y de otras áreas de la Administración como el Ministerio de Interior, son más que una tabla de salvación del presupuesto anual. En muchos casos, permiten a sus habitantes disponer de servicios y atenciones impensables en otras localidades.

Fuente:   lainformacion.com

EE.UU.: Una planta de combustible nuclear almacenó basura radiactiva en un contenedor oxidado con fugas

Los niveles de uranio en un punto del suelo bajo un recipiente son casi el doble de la norma permitida de seguridad.

Como comenta un lector, de la gestión de los resuduos nucleares no veremos una serie de HBO o Netflix.

Un contenedor de transporte oxidado lleno de basura contaminada con uranio filtraba residuos en el suelo de la planta de combustible nuclear de Westinghouse (Carolina del Sur, EE.UU.), según han podido saber las autoridades de control sanitario y ambiental, informaron este viernes medios locales.

Los niveles de uranio en un punto del suelo bajo el contenedor en cuestión son casi el doble de la norma de seguridad permitida, según lo comunicó el Departamento de Salud y Control Ambiental de Carolina del Sur (SC DHEC, por sus siglas en inglés). El organismo culpó de la situación al protocolo de almacenamiento de residuos de la instalación para la contaminación.

La lluvia entró por un agujero que presentaba el techo de 12 metros del contenedor, mojando barriles llenos de basura radioactiva que se guardaban dentro. Finalmente, el agua contaminada de uranio goteó en el suelo de las instalaciones.

«No debemos permitir que existan estas condiciones en nuestro sitio», dijo Mike Annacone, gerente de la planta. Asimismo, aseguró que el incidente ocurrió a causa de «una serie de problemas» por permitir que se acumularan decenas de contenedores llenos de basura contaminada de uranio. Annacone también recordó que los contenedores de la planta son viejos y están oxidados, por lo que prometió procesar el material restante y probar el suelo debajo de cada contenedor para detectar la contaminación a medida que los van vaciando.

Esta no es la primera vez que se detectan problemas en esta planta de combustible nuclear. En 2008 y en 2011 se registraron filtraciones de uranio que contaminaron el agua subterránea debajo de las instalaciones, algo de lo que no se informó a las autoridades, por lo que los lugareños temen que el problema se extienda. Asimismo, en 2018 se descubrió que la planta presentaba fugas de uranio que se filtraba por un agujero en el suelo, mientras que el mes pasado un bidón lleno de desechos radiactivos explotó y se incendió. La Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU. (NRC, por sus siglas en inglés) investiga las instalaciones de Westinghouse por estos incidentes.

Fuente: RT