Están utilizando Palomares como laboratorio a cielo abierto

«Los terrenos han sido utilizados como escenario de investigación»

Los votos particulares, que recuerdan que la ejecución de la limpieza ha sido «recomendada reiteradamente» por la Comisión Europea (CE), a la que España debe rendir cuentas sobre los avances al respecto a finales de 2021, recogen que se «tienen evidencias» de que los terrenos contaminados «han sido han sido utilizados desde el accidente como escenario para la investigación del comportamiento de radionucleidos en el medio natural, sin la debida transparencia e información al público en general, y a la comunidad científica en particular».

«Un elemental principio de precaución en materia ambiental exige que, por encima del interés que pueda tener para la investigación científica la no transformación de la situación de hecho, en especial en referencia a los isótopos del americio, se priorice el de salvaguardia de la salud pública y del medio ambiente, a pesar de que se considere que el riesgo de exposición radiológica no es alto, y aunque esté próximo a cumplirse el período en el que podrá observarse la máxima actividad del isótopo 241 Americio».

Los dos magistrados de la Sección Séptima de la Audiencia Nacional, cuyo tribunal ha prolongado la deliberación sobre el asunto más de un mes, ponen el foco, asimismo, en dos hechos que el fallo da como no probados pero que, según destacan, están «ampliamente documentados en el Plan de Rehabilitación, en la Memoria Palomares e informes de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea».

Por un lado, la existencia de dos zanjas de 1966 con «desechos radiactivos, cuya posición exacta fue determinada en el Mapa Radiológico Tridimensional» y que permanecen en la zona con «restricción total de usos» y, por otro, que la fuente de radiación se compone de isótopos de Plutonio: 238 Pu, 239 Pu, 240 Pu y 241 Pu y de Americio: 241 Am todos ellos transuránicos». «Lo que se duda es sobre la presencia de uranio (U) en las bombas y su enriquecimiento en 235 U, aunque se dice que, caso de existir, su impacto radiológico será menor«, apuntillan.

Modificación de los criterios de intervención para limpiar

Los dos magistrados comparten, asimismo, que cuando se retomaron los contactos diplomáticos entre España y EE. UU., en 2015 el CSN, en sesión celebrada el 22 de julio, aceptó la propuesta del Departamento de Energía estadounidense (DOE) de modificar los criterios de intervención en Palomares, «acuerdo cuyo contenido permanece clasificado».

«Casi inmediatamente después, se firmó el 19 de octubre del 2015 una declaración de intenciones» por el Ministro de Asuntos Exteriores y el Secretario de Estado de EEUU sobre Palomares, sin que se conozca ningún avance posterior», concluyen.

En su día y en el marco de procedimiento, el CSN aportó un documento que «no era copia certificada» del informe aprobado en el citado pleno de julio de 2015 y se acogía para negar el informe completo a la normativa sobre secretos oficiales que se aplica a «todo el proceso relativo a Palomares» desde acuerdo de Consejo de Ministros de 15 de octubre de 2010.

Ecologistas en Acción sostiene que ese cambio que admite el regulador atómico se ha producido «a instancias» del DOE de EE. UU. y asegura que, para ello, se «han aumentado los criterios radiológicos para considerar necesaria una intervención de 1 mSv/a hasta 4 mSv/a», lo que habría permitido la firma de la declaración de intenciones con EEUU para la gestión y almacenamiento de los residuos generados en la limpieza por parte del gobierno estadounidense.

El objetivo, según mantiene el colectivo, sería que, de la limpieza de 50.000 metros cúbicos de tierra, se pasaría «únicamente a limpiar 28.000 metros cúbicos de tierra contaminada», lo que reduciría de 6.000 a 3.300 metros cúbicos el volumen de tierra que debe almacenarse en EE. UU.

Fuente: heraldo.es

Instalarán una planta solar en sustitución de una central nuclear.

El Duane Arnold Energy Center, en el este de Iowa, una central nuclear ya inactiva, se convertirá pronto en un parque solar de 690 megavatios. El nuevo parque solar más el almacenamiento producirán más energía que la que generaba la central nuclear de 615 megavatios de una sola unidad, que alimentaba a más de 600.000 hogares.

El propietario, NextEra Energy, de Florida, construirá la granja solar a lo largo de 3.500 acres (14 km2) en y cerca de Duane Arnold, en el condado de Linn. NextEra también tiene previsto incluir hasta 60 megavatios de baterías acopladas a la corriente alterna para el almacenamiento de energía.

Se espera que el proyecto represente una inversión de 700 millones de dólares, 41,6 millones de dólares en ingresos fiscales y unos 300 puestos de trabajo en la construcción.

La empresa NextEra negociará los contratos de arrendamiento con los propietarios de los terrenos en el verano de 2021 y comenzará la construcción en el invierno de 2022. La empresa pretende tener el parque solar en línea a finales de 2023.

NextEra Energy Resources tiene actualmente participaciones en 3.160 megavatios de proyectos solares en funcionamiento que representan instalaciones solares de escala universal en 27 estados de EE.UU. y una en España, así como múltiples proyectos solares de pequeña escala (generación distribuida).

El proceso de desmantelamiento nuclear

El diario The Gazette de Cedar Rapids informa sobre los antecedentes del complejo Duane Arnold y los motivos por los que se cerró la central nuclear:

En un artículo de 2019, un director de la planta de Duane Arnold dijo a Gazette que la instalación, que empleaba a casi 600 personas, ya no encajaba en la cartera de energía de Iowa que cada vez consiste más en la eólica y la solar.

Se suponía que la instalación -la única planta de energía nuclear de Iowa, que comenzó a funcionar hace 45 años- sería desmantelada a finales de octubre de 2020.

Pero los «extensos» daños sufridos en la instalación a causa de una fuerte tormenta ocurrida el 10 de agosto de 2020 obligaron a NextEra a cerrarla antes de tiempo.

Sierra Club explica el proceso de desmantelamiento de la planta nuclear de Duane Arnold aquí, pero la conclusión es que tardará 60 años (y los residuos nucleares son, por supuesto, radiactivos durante miles de años):

Después de 60 años, la central se derribará, los materiales nucleares se transportarán a una instalación central de almacenamiento si se construye una para entonces, se limpiará cualquier contaminación y el terreno estará disponible para su reutilización.

La energía eólica es actualmente la mayor fuente de electricidad en Iowa, con más del 40% de la electricidad en el estado.

Noticia tomada de: Electrek / Traducción libre del inglés por World Energy Trade

Fuente: worldenergytrade.com

Diario de Almería accede al informe completo del Plan de Rehabilitación de Palomares elaborado en 2010. Debía haber sido completado hace 7 años

 

En la mañana del 17 de enero de 1966 se produjo sobre Palomares (pedanía del municipio de Cuevas del Almanzora en la provincia de Almería), la colisión accidental de dos aeronaves (bombardero B-52 y avión nodriza KC-135) pertenecientes a las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos durante una operación rutinaria de repostaje en vuelo.

Los cuatro tripulantes del avión-nodriza y tres del bombardero perecieron en la explosión y sobrevivieron cuatro oficiales del bombardero. Ambas aeronaves quedaron completamente destruidas y sus restos de distintos tamaños se extendieron sobre cientos de hectáreas en el litoral y el mar de la zona, entre ellos cuatro ingenios termonucleares que se transportaban en el bombardero.

Dos de ellos cayeron sobre el cauce del río Almanzora (bomba nº 1, denominación que atiende al orden en que se localizaron las bombas) y el mar Mediterráneo (nº 4), a 9 km de la costa, sin daños apreciables ni consecuencias radiológicas, por la acción de sus paracaídas.

La bomba nº 2 impactó a gran velocidad (sus paracaídas se quemaron en la explosión) contra el suelo de un valle situado al oeste de Palomares, causando la detonación del explosivo convencional que volatilizó el Plutonio contenido en la bomba y se incendió, dispersándose en el aire y contaminando amplias extensiones de terreno incluso a cierta distancia del punto de impacto.

La bomba nº 3 impactó con menos violencia contra el suelo de una parcela muy próxima al casco urbano de Palomares y sólo detonó parte del explosivo convencional, produciéndose la fragmentación de la bomba y volatilización sin incendio de una fracción del Plutonio que contenía, lo que causó su dispersión en un área más limitada.

Seguidamente se iniciaron los trabajos de remedio sobre los materiales más contaminados (fundamentalmente suelo superficial y cosechas), empleándose más de 740 personas, de las cuales 600 fueron de las Fuerzas Aéreas Americanas, casi 100 vehículos y más de 20 máquinas pesadas. Los criterios para decidir qué material estaba contaminado fueron acordados con los técnicos de la Junta de Energía Nuclear (JEN) (actual CIEMAT) y como resultado, un volumen aproximado de 1.000 m3 de residuos radiactivos contenidos en 4.829 bidones fueron transportados por mar a Estados Unidos, donde quedaron depositados definitivamente en Savannah River Facility, en Aiken (Carolina del Sur, EEUU) el 8 de abril de 1966.

Pero en el suelo de Palomares quedaban más de 9 kilos de plutonio esparcidos en torno a los lugares donde cayeron las bombas.

Pero no fue hasta 2010 cuando el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) elaboró una propuesta preliminar del Plan de Rehabilitación de Palomares (PRP) basada en la caracterización radiológica tridimensional. Tenía un plazo de ejecución de las operaciones de rehabilitación de tres años. Han pasado 10 desde entonces, incluso con una modificación de la superficie en 2015, en un proyecto que quedaría en un cajón debido a sus carencias burocráticas, en él, la limpieza se reducía de 50.000 metros cúbicos a tan solo 28.000.

Pero hace escasos días, y tras petición de la Audiencia Nacional, el CSN tuvo que hacer público el plan completo al que ha tenido acceso Diario de Almería. En él se establecen todos los pasos de limpieza, y se agrega cuantía económica, esta se establece en torno a los 27 millones de euros, eso sí, sin contar su transporte transfronterizo, almacenamientos transitorios, si los hubiere y almacenamiento final. De acuerdo con las prioridades de actuación, los trabajos comienzan con la delimitación del área donde se va a efectuar la extracción de las tierras.

Presupuesto del Plan de Rehabilitación de 2020. / CSN

Los materiales extraídos en las zonas 2, 2-bis y 3 se transportarán hasta la planta de tratamiento en húmedo que se instalará en la zona 2, en tanto que los materiales extraídos en la zona 6 se tratarán en seco en la planta que se instale en esta zona. En la salida de cada uno de los productos separados de acuerdo con su tamaño de grano se dispondrá un sistema de medida de radiaciones que permita determinar con suficiente fiabilidad la concentración de actividad de 241Am en el material, actuando sobre un sistema de segregación que separará las tierras convencionales de las tierras contaminadas con niveles superiores al criterio de restricción parcial de uso establecidos por el CSN.

Las tierras tratadas con concentraciones de actividad de 241Am > 1 Bq/g se considerarán tierras afectadas y el sistema de segregación los depositará en contenedores de 1 m3 de capacidad adecuados para su transporte.

Una vez completada su capacidad de carga, cada contenedor se cerrará. La actividad total en cada contenedor se determinará a partir de los datos registrados en el sistema de medida en continuo y servirá para documentar su contenido. Seguidamente, los contenedores completos con tierras tratadas de las zonas 2, 2-bis y 3 se trasladarán a un almacén temporal construido en la zona 2 donde se clasificarán por su procedencia y actividad contenida. Los contenedores que contengan tierras afectadas de la zona 6 se gestionarán directamente desde la misma sin pasar por el almacén de la zona 2.

Los contenedores que contengan mayor actividad y en particular todos los que contengan una concentración de actividad de 241Am > 5 Bq/g, serán considerados como residuos radiactivos y serán expedidos en transporte ADR en un plazo no superior a dos semanas desde su ubicación en el almacén temporal de la zona 2 o en la zona 6.

Al finalizar la intervención se efectuará un control radiológico final con objeto de verificar la consecución de los objetivos y establecer, si fuera el caso, los condicionados de uso de los terrenos bajo un escenario recreativo.

La extracción de las tierras se realizará con excavadoras de palas pequeñas, del orden de 1 m3 de capacidad, que permitirán ajustar los volúmenes excavados a los previstos. La maquinaria para el transporte desde la zona de extracción hasta la instalación de tratamiento deberá estar provista de volquetes cubiertos, de 10 m3 para facilitar su maniobra.

Aparte de estos medios mecánicos también se prevé la extracción con medios basados en la aspiración del suelo en las parcelas de difícil acceso que hayan permanecido inalteradas desde 1966 donde la contaminación se presenta en los primeros cm de suelo

El material extraído se transportará hasta la zona de carga de las plantas de tratamiento donde se procesará inmediatamente. Una vez extraído todo el material previsto en el área, se procederá a una inspección radiológica de los terrenos superficiales (suelo y paredes laterales) que certifique que se ha alcanzado el objetivo de la intervención. Si no es así, se indicarán las partes por donde debe proseguirse la excavación hasta lograrlo. La maquinaria no debe salir de la zona de intervención hasta finalizar los trabajos en la misma.

La segregación de las tierras procesadas se efectuará con ayuda de equipos de medida de la concentración de actividad de 241Am que funcionarán en continuo durante los procesos de producción y sin comprometer sus rendimientos.

Una vez lleno cada contenedor con tierras afectadas, se cerrará de modo que se evite la dispersión de su contenido, se anotarán sus datos de documentación (en particular la concentración de actividad contenida), y se trasladarán al almacén temporal de contenedores llenos de la Zona 2. Los contenedores llenos de tierras afectadas en la Zona 6 se trasladarán mediante transporte ADR al almacén temporal de la Zona 2.

La carga de los contenedores de residuos radiactivos en los camiones se efectuará desde el muelle construido a tal efecto en la zona 2 con ayuda de palés y toros mecánicos. Los camiones deberán tener una capacidad mínima de 15 m3 que le permita alojar entre 10 y 12 contenedores. Considerando de nuevo que se espera producir diariamente entre 20 y 40 contenedores de residuos radiactivos, se estima que se precisarán entre 20 y 30 transportes pesados ADR cada semana.

Una vez concluida la extracción de las tierras en un área de actuación, verificados que los niveles de contaminación remanentes en todas las superficies producidas están por debajo de los criterios establecidos yrecogidas las muestras de suelo para acreditar el estado en que se deja esa actuación en particular, se autorizará el relleno de la zanja preferentemente con los residuos convencionales generados en el tratamiento de tierras de la misma parcela y que se habrán depositado en el parque limpio de la zona 2.En el caso que los datos obtenidos de las medidas no puedan asegurar el límite de dosis para los miembros de público, se contemplará la posibilidad de nuevas actuaciones sobre el terreno, y se establecerán restricciones de uso o controles administrativos necesarios en esas zonas para garantizar el cumplimiento de los límites de dosis a miembros de público. Una vez finalizada la intervención en cada una de las zonas se realizará un control radiológico final que se basará en las medidas efectuadas en las excavaciones practicadas para verificar los niveles radiológicos que se dejan y en el análisis de las muestras de tierras recogidas en esta verificación.

Tres riesgos de radiación al que deberán hacer frente los ‘limpiadores’ del terreno

  • Durante el desarrollo de las actividades previstas en el PRP existirán diversos riesgos radiológicos: Contaminación interna, debido a la resuspensión de partículas en el aire; contaminación superficial, debido al depósito de partículas en la piel de las personas; Irradiación externa, debido a la tasa de dosis producida por la actividad en la superficie de los terrenos. El riesgo de contaminación interna es con diferencia el más importante y se reducirá en lo posible mediante la adecuada planificación y ejecución de las tareas de modo que se evite la producción de polvo, controlando continuamente la concentración de actividad en aire y, en caso necesario, dotando a los trabajadores expuestos de la protección respiratoria que sea adecuada. Se evitará la dispersión de la contaminación fuera de las áreas de trabajo, para lo cual se dispondrá si es preciso de recintos cerrados que impidan la salida de la contaminación.
  • El riesgo de contaminación externa se controlará en los accesos a las zonas de trabajo mediante monitores adecuados y estableciendo protocolos de limpieza superficial que aseguren que las personas, ropas y enseres no presenten contaminaciones superficiales superiores a los niveles establecidos. El riesgo de irradiación externa es muy bajo incluso en las áreas con mayor contaminación superficial. No obstante, será controlado continuamente durante las operaciones mediante monitores de radiación y mensualmente mediante dosímetros personales oficiales.

Las exposiciones eventualmente recibidas por los trabajadores expuestos serán controladas mediante controles de dosimetría externa e interna efectuados por laboratorios de dosimetría debidamente acreditados ante el CSN.

Fuente:  diario de Almeria

La Comisión Europea ve «aceptables» los «niveles de contaminación con plutonio» en Palomares

Miembros de la CE visitaron la zona en junio para comprobar si se habían puesto en práctica las recomendaciones de 2010

La Comisión Europea (CE) considera que los «niveles de contaminación con plutonio» del «aire, el agua, el suelo y los productos agrícolas» en la pedanía de Palomares, en Cuevas del Almanzora son «aceptables» y que España ha realizado una «puesta en práctica efectiva» de «todas las recomendaciones» que se le hicieron hace nueve años «excepto la rehabilitación del terreno», pendiente de la celebración de un acuerdo vinculante con Estados Unidos.

Así se desprende de las conclusiones iniciales alcanzadas por los integrantes de la misión de verificación que cursó visita a la zona en el mes de junio para comprobar ‘in situ’ si se habían puesto en práctica las recomendaciones que Bruselas efectuó en 2010 tras otra misión y para «una adecuada gestión y limpieza» del área de 40 hectáreas bajo vigilancia radiológica.

La CE también se pronuncia respecto a los contenedores en los que el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas ha reconocido se almacenan seis toneladas de material radioactivo que se han estado enviando a la zona desde desde 2011 y no considera que «afecten a la situación existente de exposición» radiológica en Palomares.

Tanto posibles irregularidades en torno a estos traslados como la «inacción» del Gobierno son objeto de un procedimiento contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional en la que Ecologistas en Acción solicita, en última instancia, que se obligue al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que fije plazo para la ejecución del Plan de Rehabilitación para la zona aprobado en 2010.

En su respuesta a una petición elevada a la comisión por el colectivo conservacionista, la CE informa del equipo que se desplazó hasta Palomares el pasado mes de junio «verificó» las instalaciones de seguimiento de radioactividad dentro y fuera de los emplazamientos, las restricciones de acceso, las medidas sobre información pública y los laboratorios asociados gestionados por el Ciemat.

«Las actividades de verificación mostraron que las instalaciones necesitan llevar a cabo un seguimiento continúo de los niveles de contaminación con plutonio del aire, el agua, el suelo y los productos agrícolas en el lugar de accidente en Palomares», explica para remarcar que «estos niveles son aceptables y que las instalaciones están operativas y funcionan de manera eficiente».

El escrito informa, asimismo, de que la misión también verificó la puesta en marcha «efectiva» de las recomendaciones efectuadas en 2010 y comprobó que «todas se habían llevado a cabo» si bien no la «recomendación relativa a la rehabilitación del terreno contaminado» ya que, según matiza, «está pendiente de la celebración de un acuerdo vinculante con los EEUU».

En este sentido, en el marco del procedimiento ante la Audiencia Nacional, la Abogacía del Estado ha admitido la «imposibilidad» tanto de poner en marcha «actualmente» la rehabilitación de los terrenos contaminados como de «fijar un plazo» para la ejecución del plan ya que éste tiene carácter «preliminar».

Ha reconocido que la «ayuda» de EEUU para la gestión de los residuos radiactivos generados por la restauración de terrenos contaminados es de «importancia primordial para dar solución definitiva a este problema», ya que España «no tiene instalaciones para el almacenamiento definitivo de estos materiales contaminados con plutonio».

Ha afirmado, asimismo, que con la expropiación de tierras y el vallado que acota las 40 hectáreas bajo vigilancia se «garantiza que actualmente no se supera la dosis» legal y que la actividad radiactiva en el exterior del vallado «tiene valores de concentración que no ha requerido establecer restricciones ya que su impacto radiológico no se considera significativo».

España deberá informar antes de 2020 sobre los «progresos»

La CE avanza, asimismo, que el equipo realizó algunas recomendaciones y sugerencias aunque no precisa cuáles a la espera de la redacción del informe completo. Sí revela, en cambio, que pedirá a España que «presente antes de finales de 2020» un informe de los «progresos realizados» para la neutralización de la contaminación.

En concreto, el informe deberá especificar «cómo se han aplicado las recomendaciones del equipo de verificación» y «cualquier cambio significativo en los sistemas de seguimiento establecidos». «La Comisión se basará en el mencionado informe para considerar la necesidad de llevar a cabo una verificación de seguimiento en España», señala.

Por otro lado, para Bruselas, en contra de lo que sostienen desde Ecologistas en Acción tanto en Europa como ante la Audiencia Nacional, los contenedores objeto de la polémica «no almacenan residuos, sino que se utilizan para almacenar muestras y contienen muestras ambientales antiguas que se extrajeron» de los suelos de Palomares.

Subraya que la misión de verificación «investigó» el almacén de muestras en el laboratorio del Ciemat en Madrid y que concluyó que «esos contenedores son parte del almacén principal» donde se «han devuelto el resto de las muestras del terreno de Palomares». «La Comisión no considera que estos contenedores de almacenamiento afecten a la situación existente de exposición en Palomares», finaliza.

Ecologistas en Acción pidió en marzo a la CE que el transporte de material, que se hizo público a finales de 2018 y que fue reconocido a posteriori por el Ciemat, fuera incluido entre las tareas a realizar por la misión de verificación de la Eurocámara.

El escrito dirigido a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo indicaba que el transporte «clandestino» de un total de 156 cajas con 1.466 kilos de material radioactivo es un «nuevo suma y sigue en una tropelía que afecta a los pilares de la economía de la zona, basada en la agricultura y en el turismo, y, lo más grave, es que afecta a la ya maltrecha dignidad de lo palomareños». Así, solicitaba que «inspeccione, investigue y haga público» el inventario del contenido de esos contenedores, su caracterización radiológica y actividad total.

El colectivo, impulsor de la queja que dio lugar a que la Eurocámara se implicase en la situación de Palomares, pidió también que «constate si se han incumplido o no» los requisitos que marca la legislación europea en su almacenamiento y transporte, y que interpelase al Gobierno sobre «cuándo tiene previsto emprender la descontaminación unilateral de la zona según los criterios radiológicos establecidos en el Plan de Rehabilitación de 2010″.

Fuente: diario de Almeria

EE.UU.: cierran una central nuclear en Carolina del Sur tras una serie de explosiones

 

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La central nuclear de Oconee, situada en Séneca, Carolina del Sur, ha cerrado tras registrarse una serie de explosiones y un incendio dentro de la planta.
Las autoridades hicieron un llamado a los residentes del lugar para que se mantuvieran alejados de este, no obstante, han dejado en claro que no hay ningún tipo de riesgos de seguridad como para realizar alguna evacuación en el área.
Según Independent Mail, un portavoz de Duke Energy, la empresa a cargo de la central nuclear, reveló que el fuego originalmente “dañó una línea eléctrica en la estación, lo que dio lugar a un fallo. Por procedimiento, se debe declarar una alerta cuando un incendio provoca daños graves en los equipos eléctricos”. De momento no se han reportado heridos de gravedad.
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La central nuclear Oconee tiene una capacidad de potencia de salida de más de 2.500 megavatios y cuenta con tres reactores de agua a presión de Babcock and Wilcox y su funcionamiento corre a cargo de Duke Power.
Hasta el momento la empresa no emitió ningún comunicado oficial sobre el tema.

Detectan una fuga de agua en una central nuclear de EE.UU.

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En la bahía Vizcaína (Florida, EE.UU.) se han registrado niveles de tritio, un isótopo pesado de hidrógeno conocido como indicador de las fugas de centrales nucleares, 215 veces más altos que la norma.

gua con altos niveles de tritio radiactivo procedente de los canales de refrigeración conectados a la central nuclear Turkey Point, al sur de Miami (Florida, EE.UU.), se ha filtrado en la bahía Vizcaína, un parque nacional que preserva uno de los mayores arrecifes de coral del mundo, informa ‘Miami Herald‘.

Los niveles de tritio, un isótopo pesado del hidrógeno que se conoce como indicador de las fugas de centrales nucleares, son en la bahía Vizcaína 215 veces más altos que en el agua de océano. Aunque se trata de «la evidencia más convincente» de que los canales de refrigeración de esta central nuclear están contaminando la bahía, no hay datos sobre posibles amenazas para la vida humana o la fauna local.

Asimismo, los análisis revelan que en los últimos cinco años el agua del canal contenía 800 veces más tritio que la bahía. Los niveles de tritio en el fondo de la bahía, cerca de los canales, eran de entre 130 a 215 veces más altos, lo que evidencia la existencia de fugas.

Según el alcalde de South Miami, Philip Stoddard, la ubicación de la central no es la más adecuada, puesto que se encuentra «justo entre dos parques nacionales y es vulnerable ante los huracanes y mareas».

Fuente:  rt.com

Central nuclear filtra material radiactivo al agua subterránea cerca de Nueva York

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Un escape de agua contaminada con tritio ha sido registrado en la central nuclear de Indian Point, situada en el estado de Nueva York. El gobernador Andrew Cuomo califica de «alarmantes» los niveles de radiactividad.

Las autoridades del estado de Nueva York han sido informadas sobre una importante filtración de aguas con tritio radiactivo, que se mezclaron con aguas subterráneas. En tres pozos de monitoreo han sido descubiertos «alarmantes niveles de radiactividad», dijo el gobernador del estado, Andrew Cuomo, haciendo referencia a la empresa Entergy.

La operadora de Indian Point ha asegurado a las autoridades que la contaminación no se ha propagado más allá de la planta y no presenta una amenaza inmediata para la salud pública, informa el canal News12 de Westchester. La central sigue produciendo energía eléctrica con normalidad.

En uno de los pozos la radiación se ha incrementado un 65.000% en comparación con su nivel habitual: una situación que el gobernador calificó de «inaceptable». Cuomo pide que los departamentos gubernamentales pertinentes inicien una investigación de los sucedido y determinen la escala de la filtración. Hace pocos meses ordenó a los reguladores estatales realizar un control de los protocolos de seguridad de esta misma planta.

La central se encuentra a unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, la más grande de Estados Unidos, a orillas del río Hudson y en el territorio del condado de Westchester. Suministra cerca del 30% de la energía que consume la metrópoli.

Fuente: actualidad.rt.com

Todo lo relacionado con las bombas de Almeria fue un montaje mediatico. O, no aprendemos ni a la de tres.

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Tras veinte años de investigación, iniciada cuando trabajaba como corresponsal de Efe en Washington, Rafael Moreno publica ahora «La historia secreta de las bombas de Palomares: La verdad sobre el accidente nuclear silenciada durante 50 años» (Ed. Crítica) en la que reconstruye los hechos ocultados con una minuciosa recopilación de documentos obtenidos en los archivos estadounidenses y algunos españoles.

«Tú sabes nadar, ¿no?», le espetó el impetuoso ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, al entonces director de la agencia Efe, Carlos Mendo, apenas doce horas antes de embarcar en un DC-4 para ir a bañarse a Palomares.

Así comenzó la operación de propaganda que pretendía evitar que el siniestro nuclear ocurrido hace 50 años arruinase la campaña turística y conjurar los daños políticos y diplomáticos con Estados Unidos en plena «Guerra Fría» .

Tras la colisión del B-52 Stratofortress con la aeronave nodriza KC-135 cuando repostaba en vuelo sobre Almería (en el sureste peninsular español), siete tripulantes fallecieron y cuatro lograron salvarse, pero una de las cuatro bombas termonucleares, 65 veces más destructivas que las de Hiroshima, fue recuperada en el mar 80 días después.

Dos de las tres Mark 28F1 de 1,5 megatones de potencia que impactaron en tierra se rajaron y los isótopos radiactivos de uranio-235 y plutonio-239 liberados al contacto con el aire se oxidaron y, según los estadounidenses, entonces «la contaminación superó los 2,3 kilómetros».

Entre los legajos norteamericanos cuya desclasificación obtuvo el investigador, Moreno se topó con el acuerdo suscrito bajo el mandato de José María Aznar en 1997 que no fue hecho público y del que la prensa española «no escribió ni una sola línea«, aunque concuerda con la política española en este asunto que caracteriza como de «transparencia nula» .

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Tampoco el mandato de Jose Luis Rodríguez Zapatero contribuyó a la normalización, pues como recuerda el profesor universitario, fue la propia ministra de Asuntos Exteriores entonces, Trinidad Jimenez, quien en una conversación le reconoció que en esa época primaba la convulsa situación en los países vecinos inmersos en las denominadas «Primaveras Árabes» .

Sin embargo, durante la gestión de Hillary Clinton como jefa de la diplomacia estadounidense, la actual aspirante a la nominación demócrata a la Casa Blanca y, pese a las advertencias desde la embajada norteamericana en Madrid, el Departamento de Energía, como subraya Moreno, puso fin a la cooperación económica de 41 años en el Proyecto Índalo, para el seguimiento del riesgo radioactivo.

Es por este motivo, que el autor sí considera importante, pese a la inconcreción de plazos y económica, que los gobiernos de España y Estados Unidos, representados «por primera vez al nivel de titulares de Asuntos Exteriores», -José Manuel García-Margallo y John Kerry-, suscribiesen «con luz y taquígrafos» un acuerdo en Madrid el pasado 19 de octubre.

Sin fijar los plazos ni la financiación, aclara Moreno, Estados Unidos se compromete «a llevarse la basura radioactiva cuando haya una segunda limpieza de Palomares» y destaca que cuando fue suscrito el documento «ya no había ningún acuerdo legal relacionado con Palomares».

Añade que es positivo igualmente que «por primera vez se ha pedido a Nevada (el almacén nuclear estadounidense) que tenga en previsión que le puede llegar tierra contaminada de Palomares».

«Hay ya una previsión de donde podría ir», puntualiza.

Esa tierra aún contaminada y que no fue trasladada con la que los estadounidenses se llevaron entonces a su país, explica el autor, fue roturada para uso agrícola, pues puntualiza, sus propietarios tenían certificados expedidos por las autoridades que aseguraban que todo estaba en orden, y claro, cuando llegó la burbuja inmobiliaria, el afán edificador alcanzó la zona.

Y el americio, recuerda Moreno, «puede ser más peligroso que el plutonio pues es más volátil y puede ser inhalado» y , subraya, «en este caso probablemente cuanto más tiempo pase puede ser incluso más peligroso dejarlo ahí».

Y al final, aquel día Fraga no se bañó una vez, sino que se dio tres chapuzones y eso que, según el autor, fue Robin Chandler Lynn, ex relaciones públicas de la compañía Pepsi, y la cuarta esposa del embajador norteamericano, Angier Biddle Duke, quien ideó el golpe publicitario, conservado como un icono de la «Guerra Fría».

Fuente: terra.es

Más:  Hallan en Almería dos fosas con material radiactivo de las bombas de Palomares

Científicos advierten a EEUU sobre el riesgo de enterrar residuos nucleares

almacenamiento-residuos-nuclearesAlmacenamiento de residuos nucleares en almacén geológico profundo. Fotografía: Departamento de Energía de EEUU – WIPP

Un artículo publicado hoy en la revista científica Nature advierte al Gobierno de Estados Unidos sobre los posibles riesgos a largo plazo de enterrar 34 toneladas de plutonio procedente de armamento nuclear en un depósito a más de 600 metros de profundidad en Carlsbad, Nuevo México.

El Departamento de Energía estadounidense, que está obligado a hacerse cargo de esos residuos en virtud de un acuerdo firmado con Rusia en el año 2000, evalúa confinar ese material de deshecho en su Planta Piloto de Aislamiento de Desechos (WIPP), el único Almacén Geológico Profundo (AGP) que existe en el mundo.

Cientos de miles de tambores de acero revestidos de plástico se alinean ya en el fondo de esa instalación, excavada en la roca hasta el nivel de un lecho salino de 250 millones de años de antigüedad.

El depósito ha alcanzado la mitad de su capacidad y será sellado de forma permanente en 2033, de forma que los residuos de plutonio-239 y otros materiales radiactivos, con una vida media de más de 24.000 años, quedarán encapsulados durante milenios.

El plan original de Estados Unidos era convertir esos residuos militares en combustible para reactores de fisión, pero el alto coste de la planta proyectada para ese fin en Carolina del Sur ha llevado al Departamento de Energía a valorar un plan alternativo.

Los científicos que firman el artículo en Nature, encabezados por el profesor de Seguridad Nuclear de la Universidad de Stanford Rodney Ewing, advierten de que no se han tenido en cuenta riesgos a largo plazo de almacenar el plutonio en el WIPP, como las reacciones químicas inesperadas en los materiales de desecho.

El escrito subraya que Estados Unidos tiene la responsabilidad de asegurar que la instalación es segura durante al menos 10.000 años, un extremo que fue puesto en duda tras un incidente registrado en febrero 2014.

Uno de los subproductos de los desechos nucleares reaccionó de forma inesperada con el material del bidón que lo contenía, lo que produjo una fuga de gas radiactivo a través de los canales de ventilación que se expandió alrededor de 900 metros y expuso a 21 trabajadores a niveles bajos de radiactividad.

Los científicos consideran que ese accidente, aunque de poca gravedad, ilustra la dificultad de predecir potenciales fallos de una instalación que debe funcionar durante milenios.

 

“El Departamento de Energía ha identificado perfectamente las causas (de aquel incidente) y ha implementado medidas correctivas. Sustancias químicas incompatibles ya no se mezclan en los tambores”, conceden los expertos.

“Sin embargo, una vez el repositorio esté cerrado, no se podrá monitorizar su contenido ni corregir problemas”, alertan.

El diseño del depósito confía en que el lecho salino sobre el que se asienta impediría que el material radiactivo se filtrase al exterior en el caso de que los barriles se rompieran, un escenario que según los científicos no se ha estudiado lo suficiente.

Además del peligro de que se produzca un accidente en el interior de la instalación una vez sellada, los científicos advierten de que en miles de años alguien podría perforar en esa zona en busca de gas o petróleo, y provocar una fuga radiactiva.

“No podemos estar seguros de que los futuros habitantes de esa zona sepan que el WIPP está ahí. Para poner en perspectiva la escala temporal de la que estamos hablando, la agricultura se desarrolló hace tan solo 10.000 años”, señala el escrito.

Los sedimentos salinos suelen indicar la presencia de recursos minerales y energéticos, por lo que la posibilidad de que alguien trate de perforar en ese lugar en los próximos milenios es “significativa”.

Dados esos riesgos, los científicos creen que para almacenar plutonio militar en WIPP debe evaluarse de nuevo su capacidad de mantenerse seguro durante al menos 24.000 años.

Fuente: EFEverde